Indudablemente este fin de siglo ha traído y traerá todavía increíbles cambios en todo el orbe ¿Porque no pensar que se pueden lograr ahora muchos mas cosa con el derecho de la razón, que con el derecho de la fuerza?
Quién iba a pensar hace 10 años que la OTAN abriera sus puertas a los países comunistas y peor aun para la mismísima Rusia.
En el contexto de esta nueva realidad, ¿por que no pensar en la devolución de nuestro mar? ¿Es por acaso nuestra misión más difícil que estas?
Es obviamente necesario buscar fórmulas nuevas, más de 100 años hemos tentado básicamente las mismas fórmulas, sin resultado práctico alguno. Ya es hora de buscar nuevos caminos que nos permitan conseguir el objetivo tan anhelado. Dejemos los ataques retóricos en los foros internacionales, que sencillamente pertenecen al mundo de la fantasía, para entrar en propuestas realistas que dada la época de distensión y concertación por la que pasa el mundo de hoy, pudieran llevarnos tarde o temprano a nuestro ansiado litoral Pacifico.
Es oportuno recordar que pese a que todos los países hermanos con los que compartimos fronteras, nos despojaron de una parte de nuestro territorio Patrio. Paradójicamente el que menos nos quito, que fue Chile, fue el que más daño nos hizo. Por que nos quito una cualidad vital, el contacto con el mundo. Este es el motivo por el cual el mar es el único territorio nacional que reivindicamos hasta el presente.
La solución de este añejo conflicto, debería ser para bolivianos, chilenos y peruanos, como curar viejas heridas de nuestra América morena, de cara a entrar con dignidad Latino americana al próximo milenio. Facilitando la integración que tanto soñó Simón Bolívar y que comienza a materializarse, vía MERCOSUR, Vía Pacto andino y quien sabe un día un mercado común interamericano.
Estimo que la fórmula de un canje territorial sería una alternativa realista, digna de ser estudiada y debatida públicamente en busca del necesario consenso. Tanto en nuestra nación como así también en las naciones hermanas, con las que nos vimos envueltos en esta página negra de la historia latino americana. E aquí un “trascendental reto” para el gobierno Nacional, especialmente para la cancillería de la República y para nuestra embajada en Chile. Nada se tiene que perder y si mucho que ganar.
Es importante tener en cuenta, que se debe trazar una "política de estado " pensando en el largo plazo y no solo en una política de gobierno, como por desgracia ha sucedido hasta el presente. Las grandes victorias de la diplomacia mundial, son fruto de un trabajo a menudo de varias generaciones, la nuestra no será la excepción.
Esta tristemente célebre guerra del pacifico, a estas alturas de la civilización humana, debería llenarnos de vergüenza a todos los que tuvimos la desgracia de participar de ella. Debería ser como quien recuerda con tristeza, ya maduro, las travesuras de su lejana infancia. La que debería sentir mas vergüenza aun debería ser la "madura nación europea", que según la vox populi fue la inductora de este trágico episodio. Como parte de su oprobioso pasado colonialista.
¿Porque no seguir el modelo que argentinos y chilenos siguieron por la parte austral de América y que los llevo a una feliz concertación digna de países hermanos? La prueba más grande de la cicatrización de esta vieja herida y los nuevos tiempos por los que atraviesan estos dos pueblos, es los próximos ejercicios militares conjuntos que realizaran los ejércitos de ambos países. Maniobra impensada a fines de la década del setenta, cuando ambos estuvieron al borde de otra guerra fratricida.
Estoy completamente seguro que tanto Chilenos como Peruanos entienden la imperiosa necesidad que tenemos de una salida soberana al mar (Perú ya nos dio el puerto de Ilo), como quien entiende que una persona necesita piernas para poder andar. También entienden que con este doloroso cercenamiento, se disminuyó en gran medida la posibilidad de progreso y bienestar para nuestro Pueblo, violando nuestros derechos humanos. Lo complicado que encuentro para ambos gobiernos, es justificar ante su Nación y ante la misma Historia, ceder una parte de su territorio a cambio de nada; sean cual sean los antecedentes. Al fin y al cabo cada Pueblo cuenta la Historia a su manera (y la gente obviamente la cree). Aquí encuentro útil el sistema de canje territorial, creo que esta figura allanaría muchísimo el camino.
Es evidente que esta es una idea todavía en bruto, que precisa ser pulida discutida y concertada tanto en nuestro país como en Chile y Perú, pero es necesario comenzar a crear conciencia de ella Ya. Es por el momento una pequeña semilla, que adecuadamente tratada podrá ser en el futuro una árbol grande de paz y justicia. Como decía Su Santidad Juan Pablo II "las utopías del ayer son las realidades de hoy”.
Es muy probable que la idea, que no es nueva, haga que muchos "Nacionalistas" se rasguen las vestiduras. Repito que la idea no es nueva, lo que son nuevos son los aires que se respiran hoy por hoy en nuestro planeta, que conforman una atmósfera muchísimo mas propicia que en el pasado, para viabilizar un acuerdo fraterno entre países consanguíneo que dignifique nuestra condición de tal. Si alguien tiene una mejor idea que la plantee y el debate nacional se vera Democráticamente enriquecido, lo importante es aportar con soluciones en busca de un mejor futuro para la Patria
Es importante tener en cuenta que para nosotros la tierra no es factor limitante, ¡el mar si lo es! Somos un país altamente despoblado, que utilizamos poquísimo nuestro territorio. Las fronteras con chile no son la excepción. Esta otrora rica región de Bolivia es hoy una de las más pobres de la República, un puerto marítimo mejoraría significativamente sus posibilidades de progreso, mucho más que un pedazo de territorio desértico y subutilizado. Un puerto marítimo podría devolver a esta zona su antiguo esplendor.
Nuevos tiempos de distensión corren por el planeta. ¿La era de acuarios?, ¿el principio de un nuevo milenio?, ¿un nuevo renacimiento?, ¿la tercera hola?, no lo sé. Pero lo que si sé, es que algo nuevo y muy positivo esta sucediendo en el mundo. Tal vez la misma edad de la civilización nos esta dando la deseada madurez que nos permite pensar ya no con las armas, de nuestro pasado troglodita, sino con la mente y el corazón como países adultos.
Dios quiera que con los Chilenos se pueda repetir ese inolvidable acto de reconciliación que tuve la dicha de presenciar; en la plaza de la Concordia (hoy llamada plaza 24 de Septiembre), donde vi desfilar frente al presidente Paraguayo Juan Carlos Wuasmosi, nuestros hoy viejos soldados excombatientes de la guerra del Chaco, portando en sus manos la hermosa Bandera Paraguaya, Bandera que un día combatieron a muerte y hoy la reconocen como la del hermano que Paraguay es y siempre debió ser.
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Publicado en:
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- El periódico El Mundo de Santa Cruz, Sección Opinión. 20 de Abril de 1998.
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