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sábado, 1 de octubre de 2016

Neocolonialismo en Santa Cruz


Foto propia ©
Jimmy Ortiz Saucedo

Los criterios aquí expresados nacen de la reunión de Directorio del Comité pro Santa Cruz, realizada en Roboré el 27-08-16. Si bien el temario fue amplio, quiero concentrarme aquí en un asunto que fue transversal a las exposiciones de los delegados participantes: los avasallamientos de tierras y los asentamientos de poblaciones acarreadas de occidente, quienes no respetan áreas protegidas, derechos preexistentes, peor aún el Plan de Uso del Suelo que es Ley del Estado.

Los cívicos provinciales cuentan que el momento menos pensado llega un grupo de “colonos” con su título bajo el brazo, queriendo desalojar de sus tierras a viviente oriundos de la zona, en pacifica posesión de ellas por generaciones.

Estos “colonos” llegan con un impresiónate apoyo logístico: vehículos de lujo, abogados y en algunos casos con el auxilio de la fuerza pública. Esto hace suponer que no son acciones individuales, sino por el contrario cuentas con apoyo de organismos del Estado, en un claro atropello a Santa Cruz. El INRA es el principal instrumento del neocolonialismo contra los pueblos de tierras bajas.

Le debe quedar bien claro al centralismo anti Camba, que Santa Cruz conquistó su independencia el 14-02-1825, con la retirada del Brigadier Francisco Xavier Aguilera y la entrada del Colorao Mercado. Contamos para ellos con el único apoyo del General Belgrano, y su ejército de Las Provincia Unidas del Rio de La Plata; hoy Argentina.

Cuando decidimos ser parte de Bolivia el 6-08-1825; después de 265 años de existencia como nación, lo hicimos con 1.600.000 km² de territorio. Éramos más grandes que la Bolivia actual, no entramos chutos a ser parte de esta comunidad de naciones. Con ese territorio hemos contribuido a la creación de Beni, Pando, parte de La Paz e incluso de Perú, Brasil, y Paraguay.

Ya está de buen tamaño con estos atropellos. Las tierras son nuestras por derecho propio, aunque la constitución de La Calancha diga otra cosa, por eso la rechazamos en Santa Cruz con el 65 %.

Si se quiere acarrear gente a nuestras tierras, que se hagan las cosas como Dios Manda: Que se consulte con la gobernación y la alcaldía. Que se doten tierras fiscales, respetando el uso mayor de la tierra. Que se les otorgue la infraestructura sanitaria y productiva. Que se incrementen los recursos a los municipios proporcionales a las poblaciones a ser trasladadas. Y finalmente, que se les dé el apoyo técnico para vivir en un ecosistema diferente al suyo.

La mala fe de querer desequilibrar política, racial y culturalmente Santa Cruz, no lo aceptamos. Ya no son  tiempos de mitimaes.

jimiortiz@cotas.com.bo