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jueves, 1 de septiembre de 2016

DICTADURA, PERIODISMO Y DEMOCRACIA



Foto propia ©

Jimmy Ortiz Saucedo

Este artículo fue inspirado en la valentía de un columnista llamado Andrés Gomes Vela, especialmente por el artículo titulado: El blef del control entre cocaleros y el sospechoso “volteador”.

¡Cuán grande es la importancia del periodismo en el combate a las dictaduras formales o disfrazadas! ¡Cuán grande es la importancia del periodismo en el sostenimiento y mejoramiento de las democracias verdaderas! ¡Cuán grande es la importancia del periodismo en el combate a la corrupción pública y los abusos de poder! En el mundo moderno no es concebible una democracia sin un periodismo libre.

Directores de medios, editores, periodistas, editorialista y columnistas, juegan un papel invalorable en la información y orientación de la opinión pública. Es en estos espacios; hoy ampliados a las redes sociales, donde se expresan las ideas y se realizan los debates, la confrontación siempre esclarecedora de tesis y de antítesis. En ellos se materializa la tan preciada libertad de expresión.

Los filósofos de la Ilustración comprendieron en, el siglo XVIII, que: “la posibilidad del disenso fomenta el avance de las artes, las ciencias y la auténtica participación política”. 

A mediados del siglo XX la libertad de expresión fue reconocida como un derecho humano. En el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos; que siempre es grato recordar, expresa: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.

Da mucha rabia ver como en el Tercer Milenio este Derecho Humano sigue siendo una utopía, para muchos países. Los dictadores le temen al periodismo como Drácula a La Cruz, y este miedo los hace cometer todo tipo de tropelías contra ellos, sin entender que la valentía es invencible.

Pobre del país donde la libertad de expresión deja de ser un elemental derecho humano, para transformarse en un acto de valentía.