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domingo, 4 de mayo de 2025

NECESITAMOS RECUPERAR BOLIVIA



Jimmy Ortiz Saucedo

 

Si bien Bolivia nunca fue un dechado de virtudes, hace dos décadas ha sido testigo de un deterioro democrático-institucional, económico-social, ambiental y moral sin precedentes. La llegada del Movimiento al Socialismo (MAS) al poder; como expresión del trasnacional Socialismo Siglo XXI, operado hoy por el Grupo de Puebla, han sumido al país en la crisis más grande de su historia.

Este catastrófico estado no puede continuar. Hoy más que nunca es imperativo articular un proyecto de país, que rescate nuestras instituciones, reanime la libertad en todos los ámbitos de la nacionalidad y restablezca la confianza ciudadana en el futuro.

En lo político, necesitamos recuperar la verdadera democracia, la democracia de la Carta Democrática Interamericana de la OEA, aprobada unánimemente por los políticos del continente, en el vigésimo octavo período extraordinario de sesiones, el 11 de septiembre de 2001. Esta carta define con claridad la democracia, especialmente en su articulo tercero. Atrás quedaron las definiciones acomodaticias de democracia, en la que incluso podían caber las dictaduras camufladas.

La base de toda sociedad libre, descansa en un sistema político que garantice: el respeto a los derechos humanos; la vigencia plena del estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas (sin fraude); la separación e independencia de los poderes públicos; el respeto a las minorías, la rendición de cuentas de sus gobernantes, entre otros.

Solo recuperando esa democracia, podremos blindar nuestras instituciones contra cualquier intento de autoritarismo, forjando el país decente que todos deseamos, sin corrupción y con una justicia imparcial, equitativa y accesible.

En lo económico, necesitamos una economía no dogmática, una economía abierta y dinámica, donde empresas públicas, privadas, sociales y mixtas compitan en igualdad de condiciones. Rechazamos los dogmatismos ideológicos, que restringen la innovación y el emprendimiento. El Estado debe ejercer un rol de regulador prudente, promoviendo la eficiencia y la excelencia en calidad y precio, pero sin imponerse como único actor. Así, cada boliviano tendrá la oportunidad de participar en la generación de riqueza, creando empleo y elevando el bienestar colectivo.

En lo social, necesitamos recuperar el sentido común. Bolivia es un país cuya riqueza radica en la diversidad de sus orígenes y talentos. Sin embargo, el indigenismo político quechua-aimara, ha sustituido en muchos casos la justicia por la revancha, fomentando divisiones que nos debilitan. Bolivia precisa un modelo social en el que el mérito individual y el esfuerzo, sean los únicos criterios de ascenso y reconocimiento. La meritocracia es el camino. Eliminar cualquier forma de discriminación étnica, de género o de origen, permitirá que cada ciudadano alcance su máximo potencial, contribuyendo así al progreso común.

Es necesario también, una política antidrogas acorde al nivel del problema, coordinadas con todas las naciones del mundo, que nos libere del oprobioso estigma de ser “La República de la Cocaína”.

Les recuerdo, que la coca es una droga y como tal está prohibida por las Naciones Unidas, desde 1961. Bolivia nunca progresará, con un pueblo embrutecido por los alcaloides de esta hoja. Las tradiciones de los pueblos tienen que ser revisadas a la luz de la creciente conciencia universal. Nada es estático en el universo, las costumbres tampoco. Las costumbres nefastas tienen que ser cambiadas.

En lo ambiental tenemos que buscar un sabio punto de equilibrio. La protección de nuestra rica biodiversidad no está reñida con el crecimiento económico; al contrario, puede convertirse en su pilar más firme. Es imperativo impulsar una política de desarrollo sostenible, que armonice la actividad productiva con el cuidado del medio ambiente, comenzando por el irrestricto respeto al Plan de Uso de Suelos y la abrogación de las llamadas “leyes incendiarias”, que han incentivado la deforestación y el extractivismo irresponsable. Es momento de apostar por energías limpias, manejo forestal inteligente y una agropecuaria de alta tecnología, que respete los ciclos naturales.

Pero todos estos cambios solo serán posibles, si las fuerzas democráticas opositoras logran un frente potente, capaz de ganar las elecciones 2025, rescatándonos de las garras del MAS.

La clase política tiene nuestro futuro en sus manos, en esta difícil encrucijada histórica. Confió en ellos.

 jimiortizsaucedo@gmail.com


Publicado en:

https://eldeber.com.bo/opinion/necesitamos-recuperar-bolivia_513023/