Jimmy Ortiz Saucedo
Como decía el Presidente del Comité pro
Santa Cruz, en la Asamblea de la Cruceñidad del 10-05-18: “Hoy, nuevamente la
historia nos convoca a luchar por Santa Cruz. Luchar y luchar, esa ha sido
nuestra historia desde 1561. Probablemente por ello somos un pueblo progresista
y exitoso”.
Santa Cruz tiene un déficit de 10.909 profesionales en salud (médicos,
enfermeras y trabajadores de base). Esto hace que nuestros hospitales públicos
están trabajando con solo la mitad del
personal requerido, redundando en una mala atención al pueblo cruceño.
El artículo 37, de la Constitución política del Estado expresa:
“El Estado tiene la obligación indeclinable de garantizar y sostener el derecho
a la salud, que se constituye en una función
suprema y primera responsabilidad financiera”.
Sin embargo, el Ministerio de la Presidencia tiene asignado 20,85% del presupuesto general de la
nación, mientras el Ministerio de Salud tan solo el 8,86 %.
Según datos del Banco Mundial, Bolivia es el que tiene
la peor asignación de recursos para la salud en Sudamérica, con solo $us. 84
dólares persona año, mientras que Uruguay; el que más asigna, tiene 678 $us.
dólares persona año.
La próxima lucha que Santa Cruz tiene que
encarar, es la lucha por una salud digna
para su pueblo. Especialmente para las clases más desfavorecidas de la
sociedad, que son las que recurren a la salud pública. Este tema debe quedar
muy claro, si bien los profesionales en salud conseguirán más fuentes de
trabajo, el fin último es la salud de
nuestra gente.
En la precariedad de nuestros hospitales
públicos, es donde se ve la tristeza del Tercer Mundo en todo su terrible
esplendor: carencias materiales y humanas de todos tipo, dolor y sufrimiento
por doquier, las esperanzas y desesperanzas de enfermos y familiares. Aunque es
digno reconocer el compromiso social de médicos y enfermeras, redoblando
esfuerzos y trabajando bajo presión extrema por la vida de sus pacientes,
muchas veces arriesgando su prestigio personal y profesional.
Esta próxima lucha se cae de madura, y
será cuestión de tiempo para que comience a desarrollarse. Espero que no se
tenga que recurrir al estilo nacional, con paros, huelgas y bloqueos. Método que
a las malas, van modelando el perfil político, económico y social boliviano.
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