Translate - Traductor

martes, 19 de agosto de 2008

La lección política del Cacerolazo argentino

En fecha 5/12/2001, este mismo diario tuvo la amabilidad de publicar un artículo de mi autoría denominado... ¿Democracia o cleptocracia? En el se mostraba como en nuestro país no esta gobernado por una Democracia, sino una cleptocracia. Se decía también que “Estos niveles de corrupción de las clases gobernantes no pueden quedar así indefinidamente, están poniendo en peligro la credibilidad de la propia Democracia. Lo que se tiene que entender es que la Democracia no es mala, “lo que es malo es la cleptocracia”. Tarde o temprano el pueblo se cansará de ellos (si es que no esta cansado ya) y los pondrá en su sitio. No hay mal que dure cien años, ni “pueblo” que lo resista. La cleptocracia puede ir ya poniendo las barbas en remojo. ¡La historia se repetirá!” (...) “La historia universal esta llena de ejemplos donde el pueblo se cansó de sus corruptas clases gobernantes y los puso en su sitio, de la manera más violenta. Solo citare aquí tres de ellos:

1.- En torno al año 550 a.C., cuando en la antigua Grecia el pueblo de Atenas se sublevo contra la aristocracia, precedida por Isásogas y coloca a Cristines como el primer gobernante democrático de la humanidad.

2.- El año 1789 con la revolución francesa. El pueblo cansado de la nobleza corrupta, destruyó la fortaleza de la Bastilla; símbolo del absolutismo y los paso por la guillotina.

3.- En 1949 el pueblo chino cansado de la dictadura corrupta de Chang Kai Chek, se levantó en armas contra él, y llevó al poder a Mao Tse Tung. Esta revolución costó al pueblo chino más de 1 millón de vidas y un cisma que persiste hasta el presente.”(…).

A la luz de los recientes acontecimientos argentinos, SOLO me falto citar un cuarto evento, que sucedería 14 días después de la publicación del mencionado artículo...

4.- La Argentina 19/20 de Diciembre de 2001, “La Noche de las Cacerolas de la Plaza de Mayo”. Donde cayó por acción popular directa la cleptocracia rioplatense, a la cabeza del Dr. De la Rúa y compañía; capitulo aun abierto de la historia, con pronóstico reservado.

Hoy puedo ver que fue un artículo premonitorio de lo que podía pasar en estos países nuestros. Como esperaba el articulo... ¡la historia se repitió!, esta vez en la Argentina. En verdad lo sentí más con el corazón que con la mente; aunque no se necesitaba ser brujo para prever este obvio futuro.

Una cosa que me recuerdo respecto a la criticas y alabanzas de este articulo; más las primeras que las segundas, fue que varias personas que me dieron su opinión sobre el, hicieron hincapié en la alta potencialidad de ocurrencia de eventos de esta naturaleza en América Latina; donde la cleptocracia es la norma no la excepción. Parecía que flotaba en el aire el Cacerolazo Argentino, como una expresión moderna de la “Democracia Directa Griega”.

La gran lección de fondo de las cacerolas de la Plaza de Mayo es que... “el pueblo es el verdadero dueño de la democracia, no la clase política”. Estos últimos son apenas los depositarios temporales de la voluntad popular. Cuando la clase política se aparta del pueblo, el pueblo tarde o temprano los pondrá en su lugar: por las urnas, por las cacerolas o por las bayonetas; como lo muestran los ejemplos recurrentes de la historia universal, donde Argentina es apenas el último de ellos. El pueblo no es tonto ni esta muerto, a punto de necesitar el tutoraje de los políticos, como piensan algunos falsos demócratas. El pueblo fue, es y seguirá siendo el verdadero dueño de la Democracia. “La Democracia Directa no morirá, por que es la madre de la Democracia Representativa actual y su base de sustento”. “Vox populi is vox Dei”.

Por si alguien no lo recuerda, la soberanía reside en el pueblo y es inalienable e imprescriptible (esencia de la Democracia directa) y eso que el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes (esencia de la democracia representativa), SOLO funciona si la clase política cumple con el bienestar del pueblo. Si no pregúntenle a De la Rúa y a Rodríguez Saá y a lo mejor a Duhalde. Con este Cacerolazo, el pueblo argentino esta comenzando la recuperación de la verdadera Democracia.

La recuperación de la Democracia por el pueblo, es la parte positiva de esta crisis y en la que "Argentina se encuentra a la vanguardia". Es probable que esta justa tendencia se generalice en la región.

La clase política latinoamericana (o la cleptocracia), debería ser consciente de esta nueva realidad y consultar el pueblo las políticas económicas y sociales a seguir. “Al fin y al cabo el pueblo es el que paga los platos rotos cuando hay problemas”. La clase política debe tener también la moralidad e idoneidad en el manejo de la cosa publica. En buen romance... deben desaparecer de nuestras clases gobernantes: autócratas, burros y corruptos; so pena de arriesgar sus propias vidas.

Capitulo aparte merece la concertación necesaria con los Organismos Internacionales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Principalmente países como el nuestro, que vive de la caridad mundial en buena medida y lo que no nos permite tener autonomía económica, menos aun política. Estos Organismos que han tenido una mala actuación tanto en la crisis asiática como en esta crisis Argentina, deberán también ajustar sus mecanismos, de tal forma que: ellos, los pueblos y sus gobiernos, puedan concertar acciones de mutuo beneficio y no dictatorialmente como se ha hecho hasta el presente; sin responsabilidad ulterior de su parte. ¡No más dictadura económica, venga de quien venga!

Por ultimo, todos nosotros ciudadanos comunes, debemos sacar también la moraleja del Cacerolazo. Tenemos que jugar nuestro rol en la Democracia. No podemos por decidía, por desinterés o por cualquier otra razón, sustraernos de este deber. “No son tiempos de grises, debemos ser blancos o negros”. Debemos participar de partidos políticos, de movimientos u otros, cada uno debe tener una “trinchera de lucha” en resguardo de la verdadera Democracia. Caso contrario seremos corresponsales también de los desastres nacionales.



-----------------------------------------

Publicado en:

- El periódico El Deber de Santa Cruz, Columna Los Colaboradores.17 de abril de 2002.

No hay comentarios: