La fotografía muestra la flagelación de un ciudadano, que no acato el paro mandado por su gremio. Pero “muestra y significa muchísimo más que eso”. Muestra la flagelación a la Democracia; al coartar el derecho fundamental del disenso. Muestra la flagelación a los derechos humanos y a la dignidad de la persona. Muestra la flagelación a la libertad y la paz, condiciones necesaria en un mundo civilizado. Significa el retroceso de nuestra historia democrática a tiempos de barbarie. Significa la aplicación de un sindicalismo dictatorial, más cercano a la inquisición del medioevo que a las libertades del postmodernismo. Significa también la devaluación de la conquista social más importante del siglo XVIII, como es el sindicalismo.
Quiero con este artículo expresar “mi protesta publica” ante tan execrable acto. Quiero del mismo modo expresar mi extrañeza, por la falta de condena de la sociedad y las autoridades llamadas por ley. En esta atribulada patria, donde la seguridad jurídica es un chiste, ya nada nos espanta. Hoy es posible violar los derechos humanos en público, es posible ser la noticia principal de un periódico; con foto incluida y quedar impune. ¡Ya ni siquiera nos atoramos con una semilla de palta, ni nos empachamos con una arroba de charque!. ¡Lo poco espanta y lo mucho amansa! Nuestra mansedumbre esta rayando en la cobardía y el desinterés por el bien publico.
¿Qué dijo la Policía al respecto? ¿Que dijo la Fiscalía; teórica defensora de la sociedad y del estado? ¿Que dijo Derechos Humanos; que duplica esfuerzos con la Fiscalía? Todos se hicieron lo “cotudos” y miraron para otra parte. Pese a que en el presente caso existen “LAS PRUEBAS PRECONSTITUIDAS” necesarias, como son la mencionada publicación periodística y algunas filmaciones de las televisiones locales. En honor a la verdad, solo los medios de comunicación reclamaron por este atropello a la democracia y al mundo civilizado.
Estos “demócratas del chicote” debieran ser llevados a los tribunales, ser expulsados de sus sindicatos y tener el repudio que merecen de parte de la sociedad. Sus rostros cavernícolas; a modo de huellas digitales, salen todos claritos en El Deber de la fecha indicada.
Actitudes como estas; propias de los sindícateros del altiplano, no deben ser imitados por nuestro sindicalismo cruceño, a todos luces más moderno y civilizado. No tomemos los malos ejemplos de “nuestros hermanos occidentales”. “No es con el chicote que se hace Democracia”.
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Publicado en:
- Publicado en el periódico El Deber, Columna Los Colaboradores, 1 de Junio de 2004.
http://www.eldeber.com.bo/anteriores/20040601/opinion_4.html
En la Web de CEDIB “30 días de noticias”, de Junio de 2004. Con el código: P1.7 -20040601-p
http://www.cedib.org/pcedib/?module=displaystory&story_id=10105&format=html
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