Aquí “la majestad de la ley” es un chiste. Las leyes son un producto más de la retórica nacional, que solo funcionan favorablemente para los políticos, para los ricos y para los abusivos. El ciudadano de a pie tiene que peregrinar por largos años en busca de ella, enfrentando a la burocracia judicial, a un “alto costo” y siempre con “resultados impredecibles”. Esta es una verdad de Perogrullo, que todos lo sabemos, y que muchos ya la sentimos en carne propia.
Esta vez me quiero ocupar de una grave violación de la ley que esta de moda... “El bloqueo”. Todos los días escuchamos voces amenazadoras y prepotentes, de diversos sectores nacionales, anunciando bloqueos aquí o allá. “La libertad de expresión ha llegado a tal grado de adelanto en Bolivia, que los violadores de la ley se pronuncian públicamente por los medios de comunicación”, sin que a nadie le de hipo. Menos aun a las autoridades llamadas por ley para hacerla cumplir. ¡Lo poco espanta y lo mucho amansa!
Los bloqueos no son una “simple violación a la ley”, son una violación a la “Ley de Leyes”, la “Constitución Política del Estado”, nuestra máxima ley; por encima de ella solo la ley Divina. Esto es lo más grave, ¿como queremos que se respete a las leyes, los decretos supremos y otros; todas ellas inferiores en la jerarquía jurídica, si la propia constitución no es respetada?
Para los que no saben, para los que no la recuerdan o para aquellos que simplemente no les da la gana de cumplirla, la Constitución Política del Estado reza en su parte primera (la persona como miembro del Estado), titulo primero (derechos y deberes fundamentales de la persona), articulo 7: Toda persona tiene los siguientes derechos fundamentales, conforme las leyes que reglamenten su ejercicio. Inciso h: a ingresar, permanecer, TRANSITAR y salir del territorio nacional.
Con los bloqueos se conculca el derecho constitucional de “libre transito”.
Capítulo aparte merece el hecho de que los bloqueos no se perjudican al gobierno, al que se perjudica es al pueblo, que no toca pito en el conflicto. Esta es otra injusticia monumental que se comete contra el pueblo boliviano; pueblo irrompible echo a toda prueba, que tiene que soportar toda serie de agresiones estoicamente. Los bloqueadores; muchos de ellos consuetudinarios, tienen que buscar métodos inteligentes, creativos y democráticos de lucha, que perjudiquen a quien corresponda y no a inocentes, haciendo pagar a justos por pecadores. ¿O están con la Constitución o están en contra de ella?
Los excesos que se cometen en los bloqueos: roturas de vidrio, agresiones a la policías o a ciudadanos comunes, quema de llantas, coca, trago y otros, no merecen comentario alguno, por ser aberraciones inadmisibles, indigna de la raza humana. ¿Hasta cuándo tendremos que aguantarlos?, ¿tendremos que tomar la justicia por nuestras propias manos?, ¿cuántos más tendrán que morir?, ¿responderán algún día la ley?, ¿se este apostando; por esta vía, al desastre nacional? ¡Solo Dios sabe!
En este país no hacen falta más leyes, lo que hace falta es cumplir las que ya tenemos.
¿Cómo alguien racional va a querer invertir y crear empleos en este país, bajo tales circunstancias? Solo lo harán piratas y aventureros, como la VASP, EMRON y otros de su laya, que solo la potencialidad de alto lucro les permite correr alto riesgo.
¿Cuándo aparecerá una persona, una institución o una autoridad, que haga pagar los perjuicios causados a terceros por estos bloqueadores, violadores de la constitución?
Emplazo públicamente a pronunciarse el respecto a las autoridades competentes, sobre este delicadísimo asunto, que nos esta llevando al caos a la anarquía y a la falta de un estado de derecho; condición sine qua non, para la convivencia y la viabilidad de una nación civilizada.
Reencauzar el estado de derecho o tal vez crearlo por primera vez, es una tarea titánica e imprescindible que tendrá que cumplir el próximo flamante gobierno de la nación, para que Bolivia vuelva a ser; si alguna vez lo fue, una nación normal.
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Publicado en:
- Publicado en el Periódico El Deber. Columna Los Colaboradores, 3 de octubre de 2002.
- Publicada en el periódico El País de Tarija. Columna Opinión del 18 de marzo de 2005
http://www.elpaisonline.com/
- Publicado en el periódico El Nuevo Día. 23 de Marzo de 2005, Columna Opinión.
http://www.el-nuevodia.com/opinion/Marzo/op050323a.html
Publicado en:
- Publicado en el Periódico El Deber. Columna Los Colaboradores, 3 de octubre de 2002.
- Publicada en el periódico El País de Tarija. Columna Opinión del 18 de marzo de 2005
http://www.elpaisonline.com/
- Publicado en el periódico El Nuevo Día. 23 de Marzo de 2005, Columna Opinión.
http://www.el-nuevodia.com/opinion/Marzo/op050323a.html
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