- Enviada por mailing a mis contacto, el 26 de febrero de 2011.
- Publicado en CNN Ireport.
- Publicado en la web de La asociación de residentes orientales de florida.
- Publicado en el periodico virtual Hoybolivia.com
- Publicado en el periódico El Mundo, el 27 de febrero de 2011, sección Comunidad de la versión
digital y pagina 8 de la versión física, sección internacional (una página entera). La primera parte.
- Publicado en la web de Radio Iyambae , el 26-20-12.
Este trabajo fue hecho como un homenaje a los 450 años de vida de mí amada Tierra Camba. Relata la historia de la Cruceñidad desde sus raíces precolombinas, la fundación, su época colonia, la lucha por la independencia, la época republicana y el presente. El inicio de cada periodo esta destacado por una letra mayúscula en negrillas, al principio de cada párrafo.
Yo también te amo Santa Cruz
Por: Jimmy Ortiz Saucedo
Santa Cruz esplendorosa, te amo porque sos la Reina de las llanuras encantada del Kandire. Te amo porque sos el Tentaguazu del Gran Grigotá, por nuestros chanés de la selva exuberante y el cielo azul, por nuestros chiriguanaes del puma y el jaguar. Te amo por el Chaco del quebracho, los valles floridos y la tierra colorada chiquitana. Te amo por nuestro milenario Peabiru sudamericano, por nuestros ríos caudalosos, por las mariposas multicolores, el rayo y el surazo. Te amo por el Ñandere reko precolombino de nuestros nativos orientales, por el Iyambae de tu alma libre. Por la fresca brisa de la mañana y la fuerza de la tormenta tropical.
Te amo por la valentía intrépida de los adelantados del Río de la Plata, por Alvar Núñez Cabeza de Vaca. Por la ciudad Madre Asunción, que sirvió de base para la conquista del Gran Paitití. Te amo porque fuiste fundada en nombre de la Santísima Trinidad y te pusieron como nombre La sagrada Cruz de Cristo. Te amo por Ñuflo de Chaves y Elvira de Mendoza, por los gorgotoquis y los Itatines, por el Riquío y el Sutó. Te amo porque naciste como fruto del impetuoso Renacimiento.
Te amo porque fuiste capaz de conquistar al conquistador y trasformar sus espadas en arados. Porque fuiste capaz de encantar, al que venía a desencantarte. Porque lo fijaste para siempre a la selva, y abonaste la tierra con sus cuerpos y con sus sueños.
Te amo porque nuestros indígenas, a pesar de la dureza de la Conquista, supieron marcar a fuego en el alma Camba su amor sin límites por la libertad, su respeto por la naturaleza y su inconfundible hospitalidad y franqueza.
Te amo ciudad de La Cruz porque sos la sinergia del viejo y del nuevo mundo, sin triunfalismos ni rencores. Porque supiste mirar para delante, dejando atrás un difícil comienzo. Porque tuviste la lucidez de comprender que el odio no construye y optaste por el amor que construye. Porque el conquistador y el conquistado terminaron siendo finalmente uno mismo, una misma nación, en busca de un futuro compartido. Porque ambos nos fundimos en un Escudo con coronas y palmeras, con toborochis y leones.
También te amo Santa Cruz por tu incansable deseo de existir, a pesar de la distancia, los traslados y las hostilidades de nativos, portugueses y españoles. Te quiero por la rebelión del gobernador Diego de Mendoza, que mostro desde el inicio nuestro deseo de Democracia, Autonomía y Libertad. Te amo por la unión de los cruceños con el cacique Vitupué, para luchar contra el virrey Francisco de Toledo, consolidando la cruceñidad indígena y mestiza.
Te amo Santa Cruz por la utopía hecha realidad llamada Misiones Jesuíticas Chiquitanas, con su Tupa Mbaé y su Aba Mbaé. Una isla luminosa. Un remanso en la turbulenta conquista americana, que por desdicha no fue la norma del conquistador europeo en América.
Te amo ciudad de la Cruz, por tu aislamiento de siglos que forjó una cultura cruceña auténtica, con una fuerte personalidad propia, sin dejar de ser igualmente universal.
Te amo por la incesante rebelión de nuestros indígenas orientales contra la Colonia. Te amo por la Chiriguania libre, única nación a que España le declaro formalmente la guerra, y la única nación americana que no pudo nunca ser sometida por la Corona.
Te amo tierra Camba por nuestra valiosa sangre patriota derramada en tus pampas y montes, en aras de la libertad de nuestra América Morena.
Te amo Santa Cruz por la rebelión libertaria de los negros de 15 agosto de 1809. Por la rebelión del Fuerte de Membiray de 10 de septiembre de 1810. Por el capitán Eustaquio Moldes, el Cnel. Antonio Suárez, el cura José Andrés Salvatierra, Cañoto y el Cacique Birinday. Levantamiento en que se proclamó nuestra adhesión a la Junta de Buenos Aires, como parte de las Provincias Unidas del Río de La Plata.
Te amo ciudad Santa por el levantamiento cruceño de Nuestra Señora de las Mercedes, de 24 de septiembre de 1810. Por el Dr. Antonio Vicente Seoane, Juan Manuel Lemoine y los alzados en Membiray, quienes proclamaron la primera Junta Provisional del gobierno libre camba.
Te amo por la llegada del Cnl. Ignacio Warnes, el 24 de septiembre de 1813, enviado a socorrer a sus hermanos por el Cnl. Manual Belgrano, comandante del Segundo Ejército libertador argentino. Te amo por la Republiqueta de 1813 a 1816 y sus tres batallas cruciales: la batalla de Florida que consolidó la independencia Argentina, la de Santa Bárbara que asegura la frontera este, y la batalla del Pari, en las goteras de Santa Cruz. La batalla más sangrienta de la guerra de la independencia americana, en la que los cruceños vendieron cara su derrota a manos del brigadier Francisco Xavier Aguilera, incluida la muerte de Warnes.
Te amo Cuidad de La Cruz por José Manuel Mercado "el Colorao", que desde Cordillera, apoyado por los indómitos guaranies, lucho con bravura para recuperar Santa Cruz. Por su fe en la victoria camba, que finalmente consiguió merced al triunfo patriota en Junín y Ayacucho, retomando la plaza cruceña el 14 de febrero de 1825 y proclamando nuestra independencia definitiva del Reino español.
Te amo ciudad encantada por la expectativa que significó la creación de Bolivia y por los siguientes 150 años de olvido del centralismo miope. Porque estábamos 'tan lejos' de Madrid, como de Sucre y de La Paz.
Te amo por mi gente camba, "hermosa como el Sol y pobres como la Luna". Por su fe inquebrantable que un futuro mejor llegaría. Porque entendieron que el trabajo y la educación, terminaría sacándonos tarde o temprano de la pobreza y la marginalidad. Por la caña, el algodón, la ganadería, la goma y su productos industriales y artesanales derivados, que acompañaron nuestros sueños desde siempre. Porque entendimos desde el principio que la producción generaba empleo y desarrollo.
Te amo por el Memorándum de 1868, que alzó su voz de protesta por la alta traición de gobernantes insensatos, que entregaron nuestra salida al Atlántico. Por Nicolás Suárez y su marcha al norte de los llanos de Moxos, en busca del caucho, de Cachuela Esperanza y de la gloria, convirtiendo el Alto Amazonas en la región más productora del mundo. Te amo por nuestro primer encuentro con las empresas trasnacionales, como la casa Zeller-Moser, Elsner y Schweizer, que nos hicieron comprender que allá fuera había "otro mundo" en materia comercial.
Te amo ciudad mía por tu aislamiento de la política nacional, que transformó nuestro apacible paraíso en lugar de destierro de caudillos como Melgarejo y otros, durante una de las recurrentes épocas caóticas de la república.
Santa Cruz esplendorosa, te amo por nuestro prócer Andrés Ibáñez de 1877 y sus igualitarios, precursores continentales de la lucha social. Ellos quisieron construir una patria nueva, enarbolando principios federalistas verdaderos, dando su vida en el intento.
Te amo por las más de 1.000 vidas que ofrendaros nuestros chiriguanos en Kuruyuki, el 28 de enero 1892; incluida la de su líder Apiaguaiki Tumpa, reivindicando sus tierras ancestrales.
Te amo por el luminoso Memorándum de 1904 que mostró una visión de país. Una visión estratégica auténtica. La patria que no hemos podido construir hasta la fecha, por culpa del fracasado centralismo, que se resiste a morir.
Te amo ciudad Santa por el grito de ansias de progreso que significaron las luchas del "Ferrocarril o Nada" de 1924. Por la valiosa sangre camba derramada en las arenas del Chaco, en una insensata guerra fratricida, que nunca debió suceder.
Te amo por el Comité pro Santa Cruz y sus gloriosa luchas cívicas del 1958-59, que marcaron el inicio del moderno Santa Cruz, con su 11% y las losetas hexagonales. El oro negro de nuestras entrañas riega hoy el progreso de todo el país, incluso de Ucureña.
Te amo tierra Camba visionaria por tus luchas en pro de la recuperación de la Democracia. Por el ultimátum dado en la Asamblea de la Cruceñidad, del 10 de julio de 1982, a los dictadores militares. Te amo por la recuperación de la Autonomía Municipal de 1985, que amplió la Democracia.
Te amo por tu sabiduría de proponer y materializar las Autonomías, en Santa Cruz primero en la patria después. Idea pionera de la Nación Camba en el 2000. Una visión cruceña en busca del progreso económico y social, que nos saque del estado fallido en que vivimos. Te amo porque le arrancaste al centralismo la histórica elección popular de los prefectos de departamentos el 2005, por la fuerza institucional que desembocó en el apoteósico Cabildo del Millón, del 15 de diciembre del 2006. Nuestra mayor expresión Democrática de la historia. Y por la primera elección de gobernadores el 2010. Hitos históricos fundamentales de la Democracia. Conquistas Cruceñas que hoy disfruta el país entero, a pesar de los tiranos que no las entienden.
Te amo tierra camba encantada por tus intelectuales y por tus clases populares, por tus indígenas y por tus mestizos, por tus obreros y por tus empresarios, por tus grupos femeninos de ayuda social y por tus bellas mujeres, por los migrantes que encontraron en tu regazo su tierra prometida y por el cruceño del mañana. Por las tejas y horcones coloniales de tus taperas y por el cemento y el blindex de los edificios modernos. Por tus fábricas, tus campos de cultivo y tu modelo exitoso productivo. Esta sinergia es la fuerza de nuestro Santa Cruz de 1561 y del 2011. Lo viejo, lo nuevo y lo cosmopolita, se funden en nuestra cultura camba, al cumplir los 450 años de vida.
Te amo tierra de la Santa Cruz por tu difícil presente. Te amo por tus valientes y por los que no lo son tanto. Por tus fortalezas y por tus debilidades. Te amo por tu persistente lucha contra caudillos iletrados, que intentan imponer formas anacrónicas de gobierno, impulsados por el odio y el resentimiento anticamba. Te amo por tu lucha inacabable contra las dictaduras de ayer y de hoy, y su deidificación de la coca que sí es cocaína. Por el destierro de tus hijos, que buscan en tierras extrañas la justicia que su propio país le niega. Su sacrificio nunca será olvidado y será un día parte de nuestra historia gloriosa.
Te amo Santa Cruz por persistir en la lucha a favor de la libertad de nuestro himno, por la Democracia del mundo civilizado, por la educación en busca de la igualdad, por la autonomía en la que votó nuestro pueblo, por la ética cristiana que acompaña la Cruz, por el trabajo que dignifica, por nuestra economía sin dogmas, por respetar el verde de la naturaleza y de nuestra bandera, por nuestra nación indígena-mestiza y por la virtud de persistir en nuestro pionero pasado igualitario. Te amo porque eres un oasis de amor, de paz y trabajo en un 'país' desquiciado.
Finalmente te amo tierra camba, porque en tu sagrado seno mis nietos jugarán y serán felices como lo fui yo. Y porque un día mis huesos se fundirán en tu suelo y seremos uno para siempre.
Jimmy Ortiz Saucedo
1 de febrero de 2011
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