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lunes, 18 de agosto de 2008

Institucionalización de los cargos públicos (Bandera que los políticos no reivindican)


La institucionalización de los cargos públicos es una “urgente necesidad nacional” que debiera ser encarada prioritariamente por el Estado Boliviano, como un paso insoslayable para seguir profundizando nuestra joven democracia.

Desgraciadamente los partidos políticos no han tomado este importante asunto con la seriedad que corresponde, principalmente por que los cargos públicos son una fuente de “pegas para la militancia”, taras de un pasado que es necesario superar y que convierte los partidos políticos en “agencias de empleo” para oportunistas, que por lo general no buscan servir a la patria sino servirse de ella.
Es de conocimiento de la ciudadanía que cada que existe un cambio de gobierno se procede a un cambio total de la administración pública. Los nuevos funcionaros tardan aproximadamente 6 meses en ubicarse adecuadamente en su nuevo trabajo y comenzar a producir. Es también conocido que 6 meses antes de las elecciones los funcionarios públicos entran en un periodo que se caracteriza por la inestabilidad laboral, debido al cambio de gobierno y también por el inicio de la campaña electoral, donde tienen que trabajar “voluntariamente” por el partido; dentro y fuera de horarios de trabajo. Este efecto combinado causa una notoria paralizaron del aparto estatal que dura un año, tanto en las elecciones nacionales como municipales, este un es lujo que no se puede dar el país.

Un país pobre como el nuestro, donde más que en otros “los recursos son escasos y las necesidades ilimitadas”, debe tener sus mejores hijos administrando la cosa publica (que es nuestra empresa más importante) para que de esta manera se administre con sabiduría la pobreza.

Los funcionarios públicos deberían ser acogidos mediante un concurso de merito transparente, para de esta forma garantizar tanto su idoneidad como también la imparcialidad del gobierno de turno respecto a su elección. Esto dará al funcionario la tranquilidad necesaria que da la estabilidad laboral de largo plazo.

Los funcionaros públicos escogidos de esta forma, “que les garantiza trabajo de por vida”, deberían ser los empleados mejor pagados del país, puesto que en sus manos se encuentra en gran manera el destino de la patria. Así como también para inmunizarlos contra el virus más común de la administración pública como, como es la corrupción.

Ya es hora que la ciudadanía en general y los políticos en particular, toman en su debida dimensión esta imperiosa necesidad, puesto que “dignificar al funcionario público significa dignificar la nación”.

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Publicado en:

El Periódico El Deber de Santa Cruz, pagina A 2. El 4 de abril de 1997.

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