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martes, 19 de agosto de 2008

La necesidad de una justa comercialización de los productos agropecuarios

La difícil coyuntura económica y financiera, por la que atraviesa el sacrificado productor agropecuario de mi tierra, me hace pensar en la necesidad de buscar mecanismos que le permitan salir adelante, para su propio bien y el de todo el Departamento de Santa Cruz.

Es primero necesario ver la importancia creciente que tiene este sector en la economía nacional y regional. Vemos algunas estadísticas que muestran esta realidad: 1).- El valor bruto de la producción agropecuaria regional supera los 800 millones de dólares anuales. 2).- Es responsable por la generación de 14 % del producto interno bruto nacional y 42 % de del producto interno bruto del Departamento de Santa Cruz; conjuntamente con el sector agroindustrial. 3).- Crea para Santa Cruz 200 mil empleos directos y 00.000 indirectos. 4).- Genera 429 millones de dólares para el pueblo boliviano en divisas por exportación (1) . Lo que significa casi 70 % de las exportaciones no tradicionales y 86 % que generaran las exportaciones del gas a Brasil, en su punto máximo (2).

Un punto que merece especial atención, es el gran efecto multiplicador que tiene la agropecuaria, sobre otros sectores de la economía como: el transporte (que no apoyo su legítimo paro), las casas vendedoras de maquinarias e insumos agropecuarios, la industria, la banca, los servicios, el comercio en general, el sector profesional, etc., etc.

Bolivia es un país agropecuario sin ser consciente de ello. El estado boliviano debe entender esta nueva realidad y darle al sector agropecuario la importancia que merece. La agropecuaria es el nuevo motor que impulsara la economía nacional el siglo XXI, como lo fueron los minerales en el siglo XX.

“La agricultura es la base de todo desarrollo”. Los países del primer mundo (EEUU, Canadá, Europa, Rusia y otros), generaron en gran medida su desarrollo con base en la agricultura. Estos países son conscientes de esta realidad y la fomentan, la protegen y la subvencionan (aun con el Neoliberalismo).

Son verdaderamente muchos los problemas con que tiene que lidiar el productor agropecuario, como: la falta de una política agropecuaria del estado, la falta de apoyo a los organismos de investigación y extensión rural, la falta de seguro agrícola, la falta de una banca de fomento para el pequeño productor, la falta de fábricas de insumos y maquinaria agrícolas, la falta de caminos, el contrabando, la falta de justicia en la comercialización de sus productos y otros.

En esta oportunidad quiero concentrarme en la falta de justicia en la comercialización de los productos agropecuarios y quiero hacerlo a través de tres ejemplos, que muestran de cuerpo entero la problemática de comercialización del sector:

1).- Los novillos de 180 Kg. gancho.- Los ganaderos cruceños saben por su ya larga experiencia, que los novillos que salen de sus propiedades listas para el abate, pesan en torno de 200 Kg. gancho. Muchas de las propiedades rurales poseen hoy en día, las respectivas balanzas que le permite saber con exactitud, el peso de los animales al salir rumbo al mercado. Sin embargo el peso que obtiene estos novillos en varios mataderos de la ciudad y de sus alrededores, es significativamente menor. Esta situación ha estimulado la proliferación de mataderos, en muchos casos de propiedad de los mismos ganaderos, en busca de remediar esta “injusticia”.

2). - La fanega de 200 Kg.- La venta de arroz en chala se realiza en nuestra región en una imperfecta medida, herencia de la época de la colonia, llamada fanega. La fanega es una medida de volumen y no de peso. La conversión de fanegas a kilogramos, se presta para confusiones. Esta confusión es aprovechada generalmente, por los intermediarios e ingenios, en detrimento del productor agrícola. Según el productor la fanega llegada del chaco, debería ser de 184 a 188 Kg. (dependiendo del grado de humedad e impurezas). Por este motivo los arroceros grandes, se ven obligados a tener su propio ingenio arrocero.

3). - El problema de comercialización de hortalizas y frutas.- Esta comercialización tiene dos problemas claves:

3-1). - El excesivo numero de intermediarios en su canal de comercialización. Esta característica implica, que solo una pequeña parte del precio pagada por el consumidor final (25–30 %), quede en manos del agricultor. Encareciendo innecesariamente el producto y haciendo que injustamente, quienes más ganen sean los intermediarios (que son los que menos tiempo, dinero y esfuerzo le cuesta), en perjuicio del productor en particular y del pueblo en general.

3-2). - Los intermediarios vendedores de estos productos han formado verdaderas mafias de vendedores en los mercados, no permitiendo que ningún productor llegue a los consumidores directamente con su producto.

Solamente he querido en este artículo concentrarme en estas tres imperfecciones de la comercialización del sector, pero puedo afirmar con certeza que, el problema se da en mayor o menor grado en todo el sector agropecuario.

Los organismos gubernamentales encargados de su control y los diferentes gremios agropecuarios, a la cabeza de la Cámara Agropecuaria del Oriente, deben tomar muy en cuenta esta situación, en busca de hacer justicia al productor.

Es más importante pagarle un precio y un peso justo a los productores, permitiendo su capitalización e independencia económica, que darles créditos y hacerlos eternamente dependiente.

Finalmente quiero decir a mi querido pueblo Cruceño, que se debe tener clara conciencia que... “Para donde se incline el sector agropecuario, se inclinara también Santa Cruz”.

(1) Fuente CAO, estadísticas del año 1998.
(2) Fuente YPFB.

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Publicado en:

- El periódico El Deber de Santa Cruz, Columna Los Colaboradores. 4 de Septiembre de 1999.

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