Jimmy Ortiz Saucedo.
En mi ya larga vida,
nunca recuerdo haber vivido un momento, tan difícil como el presente:
1) Una crisis de salud
pública, sin precedente en la historia humana. La pandemia mata entre 20 a 50
personas por día en Santa Cruz. Cuántos amigos queridos, ya no están entre
nosotros, cuánta tristeza, miedo y sufrimiento, nos ha dejado.
2) Una grave crisis
económica y social, con la paralización y ralentización del comercio, la fuerte
caída del PIB, el aumento del desempleo y la pobreza.
3) Una grave crisis de la
democracia en el continente, con la aparición del antidemocrático Socialismo
del Siglo XXI y sus secuelas de persecución política, destrucción de la
institucionalidad y el Estado de derecho, la mediocridad, el narcotráfico y la
corrupción pública.
3) Una inocultable crisis
medioambiental en el planeta, que en Santa Cruz se expresa en la destrucción
inmisericorde de nuestros montes, la contaminación de nuestros ríos y
acuíferos, el deterioro del ambiente urbano en general, sin que a nadie
pareciera quitarle el sueño, excepto algunas golondrinas, que no pueden hacer
verano.
4) Una brutal crisis
moral, que pocos lo entienden, y que a nadie le importa un carajo; incluso nuestro
propio liderazgo. Sólo la Iglesia Católica, insiste en este terrible flagelo,
raíz de todos los males. Esta crisis moral, es subestimada por la gran mayoría
de la sociedad, como si fuera un asunto de poca monta.
Éstas cinco crisis
conjugadas, forman un panorama absolutamente desesperanzador, que no parece
tener remedio, lo poco espanta y lo mucho amansa. Nos estamos acostumbrando a
vivir en estas terribles condiciones.
La impotencia que siento,
sólo es paliada por la fe en la Divina Providencia, que desde 1561 protege a la
tierra que lleva por nombre la Cruz de Cristo. Porque Santa Cruz es una tierra
Santa, fundada en nombre Del Padre, Del Hijo y Del Espíritu Santo.
No perdamos las esperanzas,
imploremos a Dios por un futuro mejor, la oración colectiva es poderosa.
06-06-21
1 comentario:
Sólo la unidad y la solidaridad de nuestra Patria, de nuestros pueblos son los que nos sacarán adelante y permitirán vencer sobre la impostura de doctrinas divulgadas por el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla, que tanto daño vienen provocando en Latinoamérica.
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