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martes, 2 de julio de 2019

SOCIALISMO SIGLO XXI ASOLA EL CONTINENTE



Jimmy Ortiz Sucedo


Son tiempos difíciles para el continente, nuestra américa morena recibe los embates de esta corriente retrógrada, llamada Socialismo Siglo XXI. Así como el siglo pasado, nos hizo sufrir el Plan Cóndor, hoy ellos repiten la historia negra.

Venezuela, Nicaragua, Brasil, Argentina y Bolivia, son sus expresiones más dramáticas. Gobiernos autoritarios, elevados niveles de corrupción pública, vínculos con narcotraficantes y terroristas, violación de Derechos Humanos, destrucción de la institucionalidad republicana, ataques a los medios de comunicación y la iglesia, e ineptitud en el manejo del Estado, son sus características más notorias.

Venezuela fue la primera en sentir sus garras, con la llegada del militar golpista Hugo Chávez. La dramática situación que vive la patria del Libertador Bolívar, con 3 millones de exilados; según la ONU, exime de mayores comentarios.

Nicaragua, bajo el régimen sanguinario de Daniel Ortega, sufre como en la época del dictador Somoza: persecuciones, asesinatos, presos políticos, acoso a la iglesia católica y los medios de comunicación.

Brasil; con una institucionalidad más fuerte, no pudo ser totalmente desestructurado. No obstante los altísimos niveles de violencia, y la mayor corrupción de su historia, fueron los causantes del impeachment de Dilma, y el encarcelamiento de Lula.
Argentina, gobernada por la dinastía Kirchner, soporto también la corrupción desenfrenada. Fomentó el odio entre argentinos, y dio cobertura al terrorismo; incluido al asesinato de fiscal Nisman. Por todo ello, Cristina Kirchner está sentada frente a la justicia.

Bolivia con una democracia de pliqui, gobernada por un Presidente que se quiere perpetuar en el poder, contra la voluntad popular del 21F y la Constitución. Estrangulada por una corrupción escandalosa, con una fuerte penetración de la cadena coca-cocaína en los poderes del Estado, y la mayor cantidad de exiliados de la historia.

Así como los países del SS XXI tiene una alianza transnacional, a la cabeza del Foro de San Pablo; para imponer su dominio, los países asolados debiéramos tener un bloque conjunto, para articular una defensa común. Es una obligación histórica, para los demócratas del continente.