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martes, 14 de abril de 2020

LA MORALEJA DEL CORONAVIRUS


Foto de Jimmy Ortiz Saucedo
Jimmy Ortiz Saucedo

Si bien en la historia humana hubo otras pandemias, la del Covid-19 fue la primera del mundo globalizado. Partiendo de Wuhan-China, el virus se expandió a casi todo el planeta, y lo seguirá haciendo.

Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio las directrices generales para el combate, cada Estado enfrento a su manera la pandemia, optando por estrategias diferentes. Lógicamente con resultados diferentes, a uno les fue bien y a otros mal. Entre los primeros esta Hong Kong y Singapur, entre los segundos Italia y España.
En algunos países los ciudadanos estuvieron adecuadamente protegidos, gracias la sabiduría de sus gobernantes. En otros virtualmente desprotegidos, por la ineptitud de sus gobernantes.

Una pandemia global requiere una respuesta global. Finalmente todos vivimos en el mismo mundo, la misma atmósfera, las mismas aguas, la misma humanidad; que hoy se mueve más que nunca en la historia, un día podemos estar en Europa y al siguiente en San Carlos o Porongo. Los virus no respetan fronteras.
Si algún país combate de formal inadecuada al virus, no solo pone en peligro a su propia gente, sino a todo el planeta. Eso fue lo que nos ocurrió en Bolivia, donde la mayoría de los contagiados, llegaron de Italia y España.  

En función de lo expresado, planteo la necesidad de crear un mando unificado a nivel mundial a la cabeza de la OMS, con capacidad: legislativa, operativa, económica e incluso represiva, sobre todos los países. Lógicamente operando en cada uno de ellos, con las autoridades políticas, sanitarias, militares y otras. Hoy igual que ayer, la unión hace la fuerza.

Esta sería la mejor forma de responder con eficiencia a una pandemia global, permitiendo unir nuestras: inteligencias sanitarias, estrategias, control, personal, logística, recursos económicos y otros. Los avances tecnológicos modernos; especialmente ligado a las comunicaciones, lo hacen bastante posible. Incluso todos pudiéramos estar conectado a él, atreves de nuestros celulares.

Me temo que este es apenas el inicio de las pandemias globalizadas, Dios quiera que me equivoque. Tenemos que estar preparados.