Foto de Jimmy Ortiz Saucedo © |
Jimmy
Ortiz Saucedo
Así como las fuerzas antidemocráticas se agrupan en el
Foro de San Pablo, las fuerzas democráticas debieran también agruparse en una Alianza
por la Democracia.
Este Foro sirvió para reagrupar a los herederos del
comunismo, después de la estrepitosa implosión de la Unión Soviética, y la caída
del muro de Berlín. En él se adoptó este engendro trasnacional neocomunista denominado
Socialismo Siglo XXI; con una conveniente máscara democrática, conservando el alma
totalitaria de su ancestro. Con dinero público dieron apoyo político y económico
a sus aliados, coparon los organismos multilaterales con gente dogmatizada, y se
asociaron con el narcoterrorismo internacional. Para acabarla de amolar,
generaron la corrupción pública más grande de la historia continental. El Foro
de San Pablo termino siendo, una verdadera trasnacional
del crimen organizado, con careta política.
Ante tamaño desprestigio, hoy se remozan el Grupo
de Puebla.
Sorprendente que los países y las instituciones
democráticas, no hubieran creado una estructura semejante, para neutralizar o
equilibrar la lucha de los países democráticos, contra este foro maligno.
Los bolivianos hemos sentido en carne propia estos
atropellos, cuando vimos la presencia de militares cubanos y venezolanos en
nuestro territorio, el descomunal aumento del narcotráfico, los financiamientos
directos de Hugo Chávez y de Lula Da Silva. O el bloqueo de la CIDH a nuestro
pedido, sobre una respuesta oportuna a la reelección indefinida de Evo Morales,
solo por citar algunos temas puntuales.
La creación de esta Alianza se cae de madura, los
demócratas tienen que hacerlo, es un imperativo histórico. Es necesario tener
una institución que defienda la democracia, que difunda la Carta
Democrática Interamericana de la OEA. Nuestro pueblo precisa conocer
a cabalidad este trascendental documento, que define con claridad la verdadera
democracia, antídoto contra la dictadura. Es necesaria también esta
institución, para seguir mejorando la democracia del Tercer Milenio.
Y finalmente, buscando la construcción de un mundo
mejor, con libertad, justicia, ética política y respeto al medioambiente. Un mundo
fraterno para las nuevas generaciones, sin olvidar que Dios existe, desterrando
para siempre los tiranos que subyugan a su pueblo.
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