A estas alturas de la
historia, después de haber soportado por años esta corriente retrograda, ya no nos cuentan el cuento. Su primer gran
mentira fue llamar a esto democracia, mancillando este venerable concepto, la
mayor conquista política de la historia humana.
El Socialismo Siglo XXI
llego en un momento clave de la historia política del continente, cuando una
desgastada clase política llegaba a su fin, y el pueblo exigía cambios. Ellos
supieron lecturar la realidad, y plantearon el cambio que todos esperábamos. El
Súperciclo
de las materias primas, que hizo llover dólares sobre el continente, les dio al
viento de cola que necesitaban, para hacer pensar a los incautos que esto era
lo que anhelábamos.
Para desgracia de todos,
el sueño se transformó en pesadilla, la realidad actual de Venezuela,
Nicaragua y Bolivia, son las expresiones más dramáticas de esta realidad. No
pueden quejarse, la historia del dio una oportunidad única, que difícilmente se
volverá a repetir. Tuvieron la ocasión de sacarnos del Tercer Mundo, pero
terminaron hundiéndonos más en él.
A mí no me engatusaron,
desde el principio sentí su olor a carroña. La experiencia que dan los años, y
la sabiduría de los proverbios bíblicos; cuando expresan: “Sobre toda cosa
guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida”,
confirmaron mis sospechas. ¿Qué se podía esperar de los principales impulsores
de esta fórmula maligna, como Fidel Castro y Hugo Chávez? ¿Qué fórmula
democrática pudiera manar de los corazones de estos dos asesinos autoritarios? La
respuesta esta claringa.
Esta fórmula fue expresada en el punto 35 de la Declaración de Santa Cruz, del G77 +
China, cuando en partes salientes expresa: “no existe un modelo único de democracia,
y que la democracia no pertenece a ningún país o región”, desconociendo la Carta
Democrática Interamericana de la OEA, norma supranacional que
aprobaron por unanimidad los políticos del continente el 2011. Esta declaración
fue firmada por varios tiranos asesinos, como: Robert Mugabe, Teodoro
Obiang, Raúl Castro y Nicolás Maduro. Evo Morales también firmó.
Como ciudadano de este continente, exijo que no usen; para
referirse a su régimen, la palabra Democracia. No se escuden en los cálidos
ropajes de nuestra democracia, para encubrir su dictadura.
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