Jimmy Ortiz Saucedo
El caudillismo es una de las taras más
dañinas que tiene la política boliviana, desgraciadamente es una constante en
nuestra historia. Mientras no logremos superarla, seguiremos siendo un país bananero.
El caudillismo desvirtúa la democracia,
creando partidos políticos unipersonales, con jefes mesiánicos, arcaicos ya
para El Tercer Milenio. Necesitamos partidos que agrupen a los ciudadanos en
base a ideales, y no a caudillos ególatras y parlanchines.
Bolivia
requiere mejorar su cultura democrática. La ciudadanía precisa
entender a cabalidad lo que significa democracia, sus fortalezas, sus
debilidades, y la obligación para con ella. Tenemos que entender también, que
no es posible desentenderse de la vida política, so pena de caer en las fauces
de oportunistas y demagogos. Tenemos que estar siempre, ojo al charque.
Es imperativa la incursión de nuestros
mejores ciudadanos en la política, para que las cosas mejoren. Precisamos gente
decente en la política. Ya ensayamos con los que no son, y esta
claringo como nos va. ¡Y sí que hay políticos decentes!, pero son golondrinas
que no hacen verano.
La política no es para cualquiera, por más
iguales que seamos, la política tiene que ser ejercida por gente de alma superior. La política no es para
los ladrones, no es para los ineptos, no es para los llenos de odio, no es para
los ególatras, ni para los acomplejados. Me suscribo muchos más al Intelectualismo
Moral
de Platón, que al populismo latinoamericano.
Uno de los antídotos contra el
caudillismo, es la no reelección
presidencial,
como establece el artículo 83 de La
Constitución mejicana. El continente de los caudillos, tiene que dar paso a
estadistas verdaderos, ciudadanos con grandeza de espíritu, que amen a la
patria más que a su ego.
La sabiduría del pueblo boliviano ya lo
entendió así, en el referéndum del 21 de febrero de 2016, cuando le dijimos al
caudillo cocalero…BOLIVIA DIJO NO.
No queremos más caudillos, tampoco
queremos militantes ilusos, que crean en soluciones mágicas. Necesitamos
pueblos con cultura democrática, que conozcan y respeten la verdadera
democracia.
Ciudadanos que entiendan que el progreso es el resultado lógico de la educación,
el trabajo, la perseverancia y el respeto a la ley.
Publicado en:
http://estotambiensucede.com/2018/12/06/el-caudillismo-en-bolivia/
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