Jimmy
Ortiz Saucedo
1957 marcó el inicio de las luchas cívicas cruceñas,
fue la rebeldía de un pueblo que buscaba
su desarrollo económico y social. El Estado centralista no cumplía con sus
obligaciones más elementales con Santa Cruz. La Ley Busch del 11%, promulgada
el año 1938, dormía el sueño de los justos.
El taquirari de las luchas cívica, expresaba: “agua
potable hemos pedido pavimento y luz”. Ese pedido tan básico mostraba la
precariedad de la vida cruceña, sin embargo, teníamos una sociedad que
presentía su destino luminoso entre
los pueblos del mundo. Desde ese momento
decidimos hacernos cargos de nuestro propio destino. Fue una gran decisión,
vista a 60 años de distancia.
Estas luchas se desarrollaron en tres etapas:
1) 1957.- Cansados de esperar el
cumplimiento de la ley Busch, en septiembre de este año, el Comité pro Santa
Cruz envía una carta a Hernán Siles Suazo, exigiendo una ley interpretativa de
las regalías, la misma que nunca fue respondida.
El incidente con unas máquinas de YPFB, desató un
conflicto con la Unión Juvenil. Siles responde decretando el Estado de sitio, y
tildándonos de separatistas; la muletilla de siempre, desde Melgarejo. Santa Cruz decreta un paro cívico de 24 horas. El
Control Político asesina a Jorge Roca,
lo que provoca la renuncia del alcalde Adán Weber.
Siles viene a Santa Cruz, se abren las negociaciones
sin resultados satisfactorios. Los abusos emenerristas continuaron; incluido el
ataque a una fiesta juvenil en el Club Social. Las mujeres cívicas inician una
huelga de hambre; la primera femenina de la historia boliviana. El año termina
con una refriega ente los unionistas y el Control Político, donde es asesinado Gumersindo Coronado.
2)
1958.-
En mayo, un levantamiento de Falange es aprovechado para invadir Santa Cruz, con
tropas del ejército nacional, milicianos, campesinos y minero. A los pocos días
son asesinados: Romer Mercado, Gabriel Candia,
Felipe Castro y José Cuéllar, en la Masacre de Terebinto. El mismo mes
exilian a nuestro Prócer Melchor Pinto, a la Argentina.
3)
1959.-
La muerte de un policía, en junio, dio pie a otra nueva invasión armada. Los
unionistas se retiran a la zona del rio Surutú, donde
muchos de ellos fueron tomados prisioneros y llevados a La Paz. Pinto fue
nuevamente exiliado, esta vez por 5 años al Perú. El Comité Cívico fue
clausurado.
Finalmente, el pueblo Cruceño logro su ansiado
objetivo, con la ley interpretativa de Virgilio Vega. Las regalías fueron el Jisunú del progreso cruceño. El Comité de
Obras Públicas primero, y la Corporación de Desarrollo después, marcaron el
inicio del Santa Cruz que disfrutamos hoy.
Como sucede siempre en la historia humana, ningún
tirano resiente la férrea voluntad de un pueblo. Hoy, sin Santa Cruz Bolivia no vive ni come. Todo el país se beneficia
de nuestro progreso, y con las regalías de nuestro oro negro; inclusive
Ucureña.
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