El clausurado Ministerio de “Autonomía”
existió durante casi 8 años. Fue creado para frenar y desdibujar el avance del
proceso autonómico, que irrumpió desde Santa Cruz. Hoy, porque ya lograron su objetivo
o porque dejo de ser un objetivo estratégico, fue desechado.
Desde Oriente se planteó la Refundación
de Bolivia, con una nueva visión de país, que nos saque del fracaso
histórico. Una nueva Bolivia construida desde abajo, sin el tutoraje de un
hermano mayor abusivo y miope, que no fue capaz de construir un verdadero
Estado en 192 años.
El primer error conceptual del este
Ministerio fue su propia creación. Las
autonomías se construyen desde las regiones, nunca por imposición externa; menos
aún dirigido por su enemigo número uno. ¿Acaso era creíble que el centralismo dirija
su propia extinción? ¿Era por acaso el MAS un partido idóneo para dirigir un
proceso al que se opuso tenazmente?
Por eso tenemos una “autonomía”
como la que tenemos, más centralizada
que nunca, con un gobierno central que maneja el 90% de los recursos del TGN, un burdo
remedo populista del frustrado deseo ciudadano. Toda esta pantomima fue hecha para
emborrachar la perdiz.
A confesión de
parte relevo de prueba: Evo admite que
para triunfar se apropió de la autonomía.-
"La autonomía viene de la derecha (…) ligan la autonomía con independencia
y de paso con el separatismo; nosotros para arrebatar su discurso entramos a la
autonomía y la constitucionalizamos" (Correo
del Sur 5-10-15).
Mientras Morales este en el gobierno
no habrá autonomía. Él se “sumó” a este proceso a regañadientes, después del
Cabildo del Millón, porque el tsunami autonómico lo atropello. El absolutismo en
la antítesis de la autonomía.
Finalmente,
quiero mostrar mi rechazo a los cruceños que operaron este Ministerio, contra
flecha a los deseos mayoritarios de su gente. Por un minuto de gloria tendrán
el rechazo eterno de su pueblo.
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